ENTREVISTAMOS A ANA ORTIZ

Hemos entrevistado a Ana Ortiz. Ana fue azafata del Tour de Francia y de la Vuelta a España.

1.-¿Qué tal fue la experiencia de ser azafata del Tour de Francia?:
Ana: Es una experiencia muy emocionante y enriquecedora, en la que he tenido la oportunidad de conocer a muchísima gente de diferentes países y de ver paisajes espectaculares. Aunque sea una experiencia muy positiva, he de decir que también es muy dura, ya que hay que soportar un ritmo de trabajo muy acelerado, con muchos kilómetros de desplazamiento sin descanso y muy pocas horas de sueño. Pese a las dificultades que presenta, tengo que reconocer que la veo una experiencia con muchas más ventajas que inconvenientes.


2.-¿Cuántos idiomas hablas?:
Ana: Hablo 3 idiomas: español (mi lengua materna), inglés y francés. He estudiado la carrera de Filología Inglesa, además de haber comenzado con 14 años a trabajar los veranos como cuidadora en Reino Unido, y años después vivir durante un año en Manchester, con lo cual no tengo problemas con el inglés. Respecto al francés, lo estudié en la Escuela Oficial de Idiomas de Almería, pero no me dediqué tanto a ello, así que tengo que decir que mi nivel mejoró mucho gracias al Tour. Además, tras haber vivido durante este curso escolar en Lieja, ciudad de la zona francófona de Bélgica, tengo un dominio bastante mejor del idioma respecto a este verano, aunque aún no iguala mi nivel de inglés.

De todas maneras, para ser azafata de Skoda en el Tour de Francia tener un nivel avanzado tanto de inglés como de francés es imprescindible.

3.-¿Antes de ser azafata seguías el ciclismo?:
Ana: Siendo honesta, tengo que decir que no lo seguía en absoluto. Sin embargo, tras tres Vueltas ciclistas y un Tour de Francia, tengo que decir que “me he visto obligada” a conocer mucho más sobre el tema que antes. 

4.-¿Cómo es un día normal de una azafata en el Tour de Francia?:
Ana: En primer lugar, es necesario aclarar que yo voy a explicar el día de una azafata de protocolo del patrocinador Skoda, ya que es un error común pensar que todas las azafatas del Tour realizan las mismas tareas.

Hay varios tipos de azafata, y dentro de las azafatas de protocolo hay distintos patrocinadores, los cuales requieren distintas rutinas y distintos tipos de trabajos, solo tienen en común el momento del podio.

El patrocinador para el que yo he trabajado, Skoda internacional, lleva dentro del Tour de Francia un programa de invitados VIP, clientes importantes para la conocida marca de automóviles. Skoda se encarga de proporcionar una experiencia inolvidable para los invitados dentro del Tour, con lo cual no solo estamos las cuatro azafatas, sino que hay un equipo enorme formado por fotógrafos, cámaras, conductores, etc.

Como azafatas, cada noche hay que mirar cuanto tiempo se tarda desde el hotel donde nos hospedamos al pueblo o ciudad donde tiene lugar la salida de la carrera al día siguiente, a lo que hay que sumar las 4 horas que hay que estar allí antes de la salida. Esto determinará a la hora que tenemos que salir del hotel, que normalmente oscila entre las 5 y las 8 de la mañana.

A la hora de salir, nuestras maletas tienen que estar dentro de los dos coches de los que disponemos. Dos de nosotras van juntas en un coche mientras que una va sola. Ponemos la ubicación en el GPS y comenzamos lo que es normalmente entre 1 y 2 horas de trayecto.

La azafata restante tiene que situarse en un pupitre en la recepción del hotel, recibiendo a los invitados VIP que han hecho el “Early Bird”, una ruta en bicicleta que se les ofrece hacer por los alrededores del hotel organizada por un profesional, y acompañados de ex ciclistas y del embajador de Skoda, Andy Schleck, ganador del Tour de Francia en 2010. Cuando los invitados llegan, además de recibirlos, (en inglés o francés, ya que vienen de distintos países de todo el mundo) la azafata que está en el pupitre tiene que asegurarse de que todos han colocado sus maletas en la entrada con las respectivas tarjetas que indican su nombre. Después, esa azafata va en un coche con el resto del equipo de organización hacia el punto de salida de la carrera, donde se reunirá con sus compañeras.

Las compañeras azafatas que estaban ya en el stand del “Village” (zona para invitados VIP con stands de todos los patrocinadores, desde la cual pueden ver la salida de la carrera desde una zona privilegiada, obtener merchandising y comida gratuita), habrán limpiado el stand, buscado las bebidas y comida y organizado todo para recibir a los invitados. Una vez reunidas, las cuatro atendemos a los invitados con comida y bebida, resolvemos dudas y estamos pendientes de que todo esté limpio y ordenado.

Cuando la carrera sale, una de nosotras debe ir sola en un coche directamente al hotel en el que dormiremos esa noche. El trayecto suele durar entre unas 2 y 4 horas. Cuando llega, debe situarse directamente en el “Welcome Desk”, un pupitre en la recepción del hotel donde debe recibir a los invitados que llegan para el día siguiente.

Es necesario informarles de la hora del cocktail de bienvenida y de la cena, darles la tarjeta de su habitación, animarlos a que se fotografíen en el photocall, y estar disponible para cambiar la talla de la equipación ciclista que les regala Skoda para el “Early Bird” del día siguiente en caso de que no sea la adecuada, así como llevar los maillots a que sean personalizados en caso de que los invitados lo deseen. Esta función termina cuando los invitados dejan de llegar, así que puede ser muy variable, normalmente entre las 8 y las 11 de la noche.

Las otras tres azafatas que se quedaron en el “Village” deben limpiar el stand e irse juntas en el otro coche hacia la meta. Dos de ellas subirán al podio, así que en cuanto llegan deben ir a una autocaravana, donde, junto a azafatas de otros patrocinadores deben cambiarse de ropa y arreglarse ellas mismas (peinado, maquillaje…) y finalmente, subirán al podio a dar las flores y poner el maillot verde al ganador del sprint de esa etapa. La azafata restante debe trabajar en el “Car Club” ese día, una zona VIP en la meta proporcionada para que los invitados puedan ver la llegada desde un lugar privilegiado. Antes de ir a esta zona, la azafata deberá investigar la ruta más rápida y factible a pie desde el punto donde los conductores dejarán a los invitados hasta el “Car Club”, lo cual en ocasiones es complicado, ya que hay que tener en cuenta el paso de la caravana publicitaria, entre otros factores. Una vez en el “Car Club”, la azafata deberá conversar con los invitados, ofrecerles bebida y servirles champán cuando la carrera ha terminado.

Finalmente, las tres azafatas que están meta se reúnen para ir al hotel, dónde se reunirán con la cuarta compañera y con el resto del equipo para cenar, normalmente sobre las 9 de la noche. Las cuatro azafatas rotamos equitativamente por todos los trabajos a realizar, así que cada día es diferente para nosotras.

Tras cenar y comentar cómo íbamos a organizar el día siguiente, pese al cansancio nos apetecía pasar un rato con el resto del equipo, así que en muchas ocasiones íbamos al parking, donde charlábamos mientras los limpiadores de coches realizaban su trabajo, pero nada de tomar unas cervezas, el alcohol está totalmente prohibido para nosotras durante el Tour. 

5.-¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de ser azafata?:
Ana: Lo que más me gusta es todas las oportunidades que se te ofrecen, tanto de conocer gente como lugares, una experiencia que pocas personas pueden vivir. Lo que menos me gusta es la creencia que existe en la sociedad en general de que una azafata solo sirve para adornar, y que no realiza ningún trabajo útil, que somos “mujeres florero”, lo cual es totalmente un falso mito.

6.-¿Hay algo que te haya llamado la atención o te haya sorprendido del Tour y de la Vuelta?:
Ana: Lo que más me sorprende de ambos eventos es la gran cantidad de gente que se mueve y trabaja para que todo funcione. Son miles de personas las que siguen de manera ambulante el itinerario de la carrera realizando múltiples trabajos, no solo azafatas, también personal de catering, de organización, cocineros, montadores, fotógrafos, periodistas, incluso magos y bailarines, cosa que jamás habría imaginado antes de comenzar a ser una de ellos. Todas estas personas se convierten como en una gran familia, ya que se suelen reencontrar cada día, pero es cierto que, al haber tantísima gente, hay algunos con los que coincides menos, por lo que cada día conoces a alguien nuevo. También me sorprendió mucho al principio la cantidad de actividades publicitarias que se desarrollan paralelas al evento, normalmente el público que ve las carreras desde casa no imagina a qué magnitud llega la animación externa. 

7.-¿Recuerdas alguna situación graciosa que te haya pasado en el Tour o en la Vuelta?:
Ana: Sobre todo, en la Vuelta, las veces que he llorado de la risa son innumerables. Una de las veces que más me reí fue cuando me puse el enorme traje de mascota del muñeco de BIC, que funciona como un inflable de aire, y con el cual normalmente es muy difícil moverse. Comencé a darlo todo bailando con él, para animar al personal. La gente no daba crédito e hicieron un círculo a mi alrededor, mientras aplaudían y jaleaban. Mis compañeros no paraban de reír y preguntar quién había en el interior de la mascota ese día. De repente, la conexión de la batería que proporcionaba el aire se interrumpió, haciendo que el enorme muñeco se desvaneciera sobre mí, dejando entrever mi cara aplastada por el plástico a través del cual yo veía, y quedando a su vez todo el público atónito. Me dio un ataque de risa al ver a todos mis compañeros llorando a carcajadas al descubrir quién era el alma bailonga que escondía la mascota BIC ese día, incluso el speaker fue retransmitiendo la situación sin parar de reír.

El Tour es más serio, más emoción que risas, pero de todas maneras también he vivido situaciones graciosas. Por ejemplo, un día que bajábamos de un puerto de montaña altísimo donde estaba la meta había muchísimos espectadores por todo el recorrido, y un atasco impresionante. Muchos de los espectadores iban disfrazados, y varios interactuaban con nosotros por la ventanilla, cantando y haciendo bromas, y algunos incluso corrían a nuestro lado. Además, en ese coche disponíamos de un claxon especial que podía hacer sonidos: animales, melodías, frases… cada vez que reproducíamos un sonido la gente reaccionaba de maneras muy distintas, o bien se asustaban o bien se volvían locos de emoción a nuestro alrededor. Tardamos casi 3 horas solo en bajar del puerto de montaña, pero no paré de reír durante todo el recorrido.

8.-Durante la Vuelta a España estuviste trabajando para Skoda en un stand, ¿Qué tal ha sido la experiencia?: 
Ana: En total he trabajado en tres Vueltas a España: en 2017 para BIC (la marca de bolígrafos, mecheros, etc.) y para Skoda en 2018 y 2019. De un patrocinador a otro cambia muchísimo la dinámica, e incluso con el mismo patrocinador de un año para otro la experiencia es diferente también.

En general el trabajo que he realizado en La Vuelta con Skoda es muy duro, muy pocas horas de sueño, nada de descanso y muchísima conducción. Además, consiste principalmente en realizar actividades de cara al público y repartir merchandising, lo cual es agotador ya que en general la gente se desespera muchísimo por conseguir cosas gratuitas. Pese a que vas a muchos lugares diferentes, no hay tiempo para el turismo, así que disfrutas los paisajes de salida y meta, poco más. Pero sin duda, es una experiencia increíble, y lo que más destacaría es la relación con la gente: He conocido a muchísimas personas interesantes y he hecho amigos para toda la vida. La relación con la gente cambia respecto al Tour, ya que en este caso sí podemos salir a tomar algo por la noche con el resto de personas que trabajan en La Vuelta, nosotros somos los responsables de controlar y por supuesto al día siguiente hay que estar al pie del cañón como si nada. Al ser un evento más pequeño, se forma una pequeña gran familia, y eso es lo más importante que me llevo de las Vueltas ciclistas que he hecho. 

9.-¿Esperabas que tuviera tanto éxito el stand, porque siempre había colas para subirse a las bicis?:
Ana: Desde luego, tras mi primer año en La Vuelta trabajando para el patrocinador BIC en 2017, me di cuenta de que la gente hace cualquier cosa por productos gratuitos, y ya que subirse a las bicicletas significaba ganar una gorra o un fresbee, no me sorprendía para nada la cola. 

10.-¿Quieres añadir algo más?:
Ana: Con esta entrevista me gustaría transmitir el deseo de que la sociedad cambie de opinión sobre las azafatas de eventos deportivos. No somos solo una cara bonita, este oficio requiere en muchas ocasiones muchas habilidades, esfuerzo y trabajo duro, tanto físico como mental.

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